domingo, 13 de octubre de 2024

Devorar mascotas.

 

Personalmente, me parecería bien que los inmigrantes se comieran a las mascotas de los residentes legales en nuestro país.

Dicho lo cual, también me parece un error y no entiendo porqué la encuesta realizada por el Instituto 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER no ha incluido esta pregunta en las 2.000 entrevistas online que ha realizado.

Porque, queridos compatriotas, esta es, a mí juicio, la cuestión definitiva. No se trata de si la gente tiene una buena relación con inmigrantes de su círculo social, laboral o de su vecindario (hasta entre los votantes de Vox, y de SALF, su experiencia personal con los inmigrantes es positiva en estos ámbitos), sino si los verían igual de bien si se los imaginasen asando a su perro a fuego lento o haciéndose un espeto con los peces tropicales de su acuario.

Pues yo digo que seguramente no. Y es esta la idea que hay que empezar a meterle a la gente en la cabeza. Porque, si ya somos capaces de creer que los extranjeros representan el 30,2% de la población, cuando apenas suponen el 18,5%; si pensamos que hay demasiados inmigrantes en nuestro país, a pesar de que, según el Banco de España, en 2053, necesitaremos 24 millones de inmigrantes para mantener la relación entre trabajadores y jubilados, y si muchos votantes se cuestionan que el partido al que han votado sea el mejor capacitado para gestionar el problema de la inmigración, sólo hace falta excitar un poco más la imaginación del electorado para que abra los ojillos a la amenaza que se cierne sobre nosotros y, ante todo, sobre nuestras queridas mascotas.

Y ahora vendrá el Banco de España o cualquier otra institución de dudosa legitimidad y aviesas intenciones a asustarnos con la quiebra del sistema de pensiones. Pero es que esta gente no se entera de que el problema no son los inmigrantes, sino los derechos de los inmigrantes. Por eso la gente asocia inmigración e inseguridad (29,5%), sobrecarga de servicios y recursos públicos (27,2%); conflictividad social (21,2%), criminalidad (19,2%), desempleo (16,7%) y pérdida de identidad cultural (7,6%).

Pero también esto tiene una fácil solución, la mejor manera de evitar la sobrecarga de servicios y el agotamiento de los recursos públicos es prohibiendo el acceso a los mismos de los inmigrantes; la conflictividad social, la inseguridad y la criminalidad se combaten recluyendo a los inmigrantes en guetos, por lo menos, hasta que demuestren sus dotes como futbolistas; y el desempleo deja de ser un problema cuando los españoles son los únicos que pueden percibir subsidios. Y, en cuanto a la pérdida de identidad cultural, con darle un móvil y una conexión a internet a cada inmigrante irregular en cuanto ponga un pie en España, en 2053, todos vamos a tener la misma cultura y el mismo nivel cultural.

Y, además, así podríamos recuperar algunas instituciones tradicionales, como la manumisión, pero con limitaciones ¿eh?, que si no esto se nos llena de libertos.

Pero, insisto, a mí que los inmigrantes se coman las mascotas me parece bien. Así la ciudad estaría más limpia y, en el peor de los casos, lo mismo, en 2053, somos nosotros los que terminamos incorporando al menú hámsters, canarios y también al fox terrier de nuestro vecino de puerta.