domingo, 9 de enero de 2022

Jugando con muñecas

He escuchado que estas Navidades el juguete más demandado ha sido una consola de videojuegos, lo que no resulta nada sorprendente. No obstante, me ha alegrado saber que inmediatamente después de este dispositivo de juego virtual se sitúan la muñeca Barbie y el juego de construcción de Lego.

No sé a qué distancia se encuentran estos dos juguetes tradicionales de la popular consola, pero en todo caso el dato demuestra que todavía hay vida detrás de esos mundos virtuales y anima a pensar que es posible que haya niños que prefieran seguir construyendo con sus propias manos una casa, una fortaleza o un platillo volante con las piezas disponibles de una caja de cartón, o manejar muñecos de carne y hueso, o más bien de plástico y pelo sintético, a pesar de la rigidez de sus miembros y de la inexpresividad de sus miradas, que obligan a quienes los manejan a suplir sus carencias anatómicas insuflándoles vida a través de la imaginación.

Sin duda, es difícil competir con la ambientación, los gráficos y el hiperrealismo de los videojuegos, pero que precisamente por su perfección aparente dejan muy poco espacio a la imaginación. No es necesario suplir sus carencias porque no las tienen. Conducen a los jugadores a través de una historia predeterminada en todos sus parámetros y hasta el último detalle, y sólo requieren cierta pericia en el manejo de unos mandos que puede adquirirse sin levantarse del sofá. Pero cualquiera puede utilizar esos juegos, aunque carezca de inventiva y sea incapaz de contar una historia o inventarse un personaje.

Comparadas con los niños de su generación, mis hijas tardaron mucho tiempo en jugar a videojuegos, y la mañana del día de reyes, alrededor de sus zapatitos aparecían año tras año un ejército de muñecos, peluches y juegos de construcción. Es cierto que, cuando se fueron haciendo mayores empezaron a demandar consolas y videojuegos, pero sin descartar los otros juguetes. Y por aquel entonces o poco tiempo después descubrieron, de la mano de su tío, los juegos de rol.

En ese momento habían desarrollado lo suficiente su imaginación como para que el videojuego más sofisticado palideciera ante su capacidad para imaginar escenarios, personajes e infinitas alternativas a una trama que aparecía meramente esbozada y las invitaba a ser osadas y asumir riesgos, aún sin posibilidad de rebobinar ni volver atrás en caso de precipitarse al vacío por un error de cálculo o un capricho del destino.

Y a lo largo de su dilatada infancia aprendieron a recrear personajes, dotando de un carácter singular a cada una de sus muñecas, poniéndoles voz, imitando acentos, inventándose un pasado familiar, construyendo casas y escenarios para sus aventuras e interaccionando la una con la otra en una sucesión de secuencias descacharrantes. Incluso llegaron a filmar algunas de sus historias y crearon su propio canal en Youtube.

Y ahora que se han hecho mayores y que parece que el tiempo para jugar debería dejar paso a otros pasatiempos, mi hija mayor está construyendo una casa de muñecas y el otro día ella y su hermana descubrieron que había por ahí un guion escrito de una nueva aventura de sus viejas muñecas que no habían llegado a grabar, así que improvisaron una lectura dramatizada y, no sin algún esfuerzo, mi hija pequeña consiguió poner voz nuevamente a todos sus personajes, algunos de los cuales siguen manifestando unos rasgos psicóticos que los hacen  impredecibles a la par que enormemente divertidos.

Además, estas Navidades hemos culminado su primera aventura de rol en la Tierra Media, una aventura que se inició hace diez años y a la que hemos venido jugando padres, tíos, primos y hasta su abuela durante todo ese tiempo, aunque sólo fuera en las vacaciones de verano y de Navidad. Y, cómo será necesario habitar la casa que está construyendo mi hija mayor, este año los Reyes Magos dejaron junto a sus zapatos y los de su hermana dos nuevas muñecas, a las que habrá que poner nombre y también voz propia, sin perjuicio de lo cual, es posible que, aprovechando la inesperada recuperación del último guion, este año grabemos un nuevo episodio de la saga protagonizada por las viejas, a las que la lectura dramatizada parece haber sacado de su letargo.


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